• Perdimos en la cancha pero goleamos en las tribunas

Ya pasó el clásico y de toda la verguenza arbitral que lo marcó, sólo queda resaltar el aguante de la hinchada aurinegra en su conjunto. No sólo la ULTRASUR y la GARRA CENTRAL se hicieron sentir en el Siles a pesar de estar 0-2 con 10 hombres y a los 45 minutos del segundo tiempo (aunque acabó 1-2), sino que el hincha común fue parte fundamental del aliento que acompañó al equipo durante todo el partido y se triplicó en la recta final. Fue tan impresionante la fiesta que hacían los stronguistas mientras su equipo caía gracias a la pésima labor del árbitro, que incluso la prensa (que es mayormente choli) resaltó el empuje de la hinchada. En ninguna otra cancha de Bolivia se vió semejante cosa: los perdedores del clásico cantaban como si estuviesen ganando y se quedaron cantando en las tribunas hasta que las luces del estadio se apagaron. Los relatores del Panamericano Deportivo, por citar a un medio, no ahorraron elogios para la hinchada aurinegra. En determinado momento se preguntaron si los "hinchas" archirrivales estaban "en huelga", porque el canto ensordecedor de toda la parcialidad del Tigre los calló a tal punto que sólo atinaron a mirar el partido, cuando lo lógico hubiese sido que ellos, como ganadores, estuviesen cantando y festejando su victoria. Pero no fue así, tanto que el própio Quique Rivera, secundado por su colaborador y cholivarista Beto Funes, dijo textualmente que "si The Strongest perdió en la cancha, ganó por goleada en las tribunas". Incluso el matutino La Razón, cuyo editor de deportes es un conocido cholivarista, publicó en su edición de hoy la epopeya aurinegra:

"El aliento - Loable la actitud de los miembros de la barra atigrada denominada UltraSur y de gran parte de los aficionados atigrados, porque pese a caer el plantel, nunca dejó de alentarlo y persistió con sus cánticos y estribillos. En reconocimiento a ello, una parte de los jugadores, liderados por Luis Cristaldo, fue a ese sector a saludar a los hinchas. Lástima por la costumbre de apelar a frases de mal gusto." (30 de abril del 2004).

Dejando de lado eso de "apelar a frases de mal gusto", que en buen castellano no es más que cantarle sus verdades al rival, con esto nuevamente se evidenció que el jugador número 12 del Tigre está con el equipo en las buenas y mucho más en las malas, como sucede con toda hinchada que se de el lujo de auto-proclamarse (y de ser proclamada por terceros) de "fiel" y "seguidora". Mientras el Tigre cuenta con su 12 en las tribunas, el cholivar tiene generalmente a su número 12 de negro, es decir, al árbitro.
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• Primer clásico entre barras: goleada aurinegra

Como no podia ser de otra manera, el primer clásico entre las barras bravas del Club The Strongest y del cholivar fue favorable al aurinegro, que se impuso por un contundente 6 a 3. Como tampoco podia ser de otra manera, los cholis de la norte trataron de armar un escándalo culpando al árbitro de su derrota. Hasta quisieron agredirlo físicamente. Como llorivaristas que son, no se aguantan perder un partido con su padre y siempre tienen que hacer bochornos para tratar de lavar su imagen. Sólo faltaba que alguno de los Catacoras de la norte se bajara el calzoncito para tratar de parar el partido, tal cual ocurrió en aquel memorable clásico del bochorno el 2 de febrero del 2003.
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• Nota de Clarín: La fidelidad de la barra boliviana

Por un rato, qué duda cabe, ellos volvieron a sentirse como en su propia tierra. Y ratificaron, una vez más, un claro ejemplo de fidelidad. Más allá de las distancias. Ilusionados por el triunfo 2-0 logrado en La Paz, alentaron a viva voz su equipo desde el primer minuto. El acompasado tronar de las cornetas y el grito de Tigre, Tigre acompañó cada movimiento de los jugadores del The Strongest. Muchísimas banderas con los colores patrios rojo, amarillo y verde, múltiples globos amarillos y cientos de camisetas aurinegras fueron la prueba contundente de este sentido de pertenencia. Es que la tribuna visitante del estadio Pedro Bidegain estuvo anoche cubierta por algo más de 4.000 bolivianos. La mayoría, integrantes de la colectividad que vive en las cercanías de Villa Soldati. Pero también muchos llegaron desde Bolivia, entre ellos los que forman parte de la Ultra Sur, en cuyo origen fue conocida curiosamente como La Barra P.U.T.A (Presente y Unida la Torcida Atigrada).